Actualmente la sociedad ha
encerrado a los cambios tecnológicos dentro de una burbuja mítica que no puede
ser intervenida sin que sea fuente de críticas poco constructivas. El progreso de
las máquinas ha degradado al ser humano a un estado que no le permite generar
un autocontrol en cuanto a su frecuente uso. El francés Roland Barthes definió
la palabra “mito” como: “La tendencia común a pensar en las creaciones
tecnológicas tal si fueran creaciones divinas, como si formaran parte del orden
natural de las cosas”. ¿Acaso el entusiasmo por la tecnología se está
convirtiendo en idolatría?
Las nuevas tendencias
tecnológicas han llegado hasta el punto de dominar la conciencia. Con un alto
grado de concentración las personas suelen olvidar si tienen hambre, sueño o
sed, es decir, pierden la sensibilidad con respecto a sus necesidades
biológicas, emocionales o físicas. Una despersonalización parcial producirá
ansiedad y ataques de pánico forzando a que el usuario se sienta cada vez menos
real en el mundo. Esta serie de inconvenientes pueden perjudicar la salud a
corto y largo plazo, incluso causar severos distanciamientos entre la sociedad.
Al principio, probablemente nadie tendrá estos síntomas, pero con el tiempo se
manifestarán, a menos que cambien sus hábitos.
No es para sorprenderse
saber que se tienen más amigos en las redes sociales que los presentados
personalmente. No obstante, las relaciones fraternas o amorosas no viven a
plenitud a través de una pantalla de celular u ordenador. Probablemente esta
conducta esté transformando a las personas en antisociales incompetentes de
mantener una conversación cara a cara. A través de una red todos son
potenciales mentirosos que suelen ocultarse y redefinirse a sabiendas que nadie
puede confirmar sus referencias. Sin embargo, equilibrar actividades a través
de medios sociales no otorga la capacidad de responder asertivamente en el
mundo estudiantil o laboral. Un joven que gastó la mayor parte de su infancia
frente a una computadora no estará preparado para enfrentar los desafíos de una
vida de adulto. Su cuerpo se ha desarrollado, pero su mente ha quedado
atrofiada por las situaciones previamente experimentadas. Por supuesto, hubo
comunicación a través del mundo virtual, más eso no bastó para pulir su
personalidad y técnicas de comunicación. La mejor forma de vencer cualquier
indicio de timidez o inseguridad no es refugiarse tras una fría pantalla, sino
relacionarse reflexivamente con las personas que forman parte del mundo real.
Los medios actuales permiten
adentrarse en un sitio lleno de tantas cosas buenas como malas. La red de internet
es tan extensa y accesible que se ha perdido el control de las publicaciones
que los usuarios puedan compartir o crear. Así como hay adultos navegando por
las páginas web también hay infantes y adolescentes. La información educativa y
profesional se mezcla fácilmente con la pornografía por medio de una palabra
mal escrita o un doble sentido en una frase. No existe aún un método eficaz
para censurar las cosas que no resultan beneficiosas. El poder de decisión para
explorar ese tipo de contenido se relaciona con la responsabilidad de los
adultos y la curiosidad de los menores.
En los negocios también
influye considerablemente, ya que genera mayor competencia que en tiempos
anteriores. Cuando existían pocos proveedores de mercadería, el mercado era
inmenso. Ahora hay mayor cantidad de proveedores que consumidores. Todos están
ocupados promocionando sus propios negocios a través de las redes sociales y
los medios de comunicación. No hay fronteras para dar a conocer un nuevo
producto o servicio a nivel global, más aún si se cuentan con los recursos
necesarios y una actitud emprendedora. Los negocios toman en cuenta los cambios
tecnológicos para llevar el ritmo y aplicarlos a sus necesidades, sin dejar de
vigilar la tecnología que sus competidores utilizan. Desafortunadamente, dentro
del ámbito económico también existe la posibilidad de delincuencia, dado que no
hace falta ser un genio de computación para estafar sin dejar huellas. Por lo
tanto, las compañías tienen que invertir tiempo y dinero para brindar la
seguridad apropiada.
El léxico propio de cada
región ha sido reducido a palabras inentendibles o fusionadas con otro idioma
para darle un toque moderno según la opinión de ciertos individuos, en
especial, los jóvenes. Sin embargo, no fue idea primaria de ellos, sino que la
tecnología influyó arduamente en ese cambio. Twitter, por ejemplo, permite
ciento cuarenta caracteres por mensaje, lo que lleva a que los vocablos se
abrevien y que la ortografía se degrade un nivel más. Ahora cuenta más el uso
que se la va a dar al mensaje, en lugar de reconocer si está bien redactado. Si
al menos la forma de escribir un tweet fuese separada de la que se utiliza
normalmente, quizás el impacto fuera mucho menor y no se sintiera que el
lenguaje primitivo está de regreso.
Las estadísticas reflejan la
realidad que se está viviendo. Un 75% de los jóvenes llevan su celular siempre
consigo, más del 33% no pueden vivir sin él. Sin embargo, el 37% no sabe
utilizar todas las funciones del mismo. Facebook ya tiene más de 900 millones
de usuarios registrados activos. Las plataformas de Android activan cada minuto
más dispositivos móviles que el número de bebés nacidos. (Nuñez, Llerena,
2013). Entonces con estas evidencias, se puede declarar con total libertad que ha
surgido un consumismo descontrolado que no quedará saciado con facilidad.
En conclusión, ningún rasgo
de los avances tecnológicos será suficiente para considerarlos obsequios de la
naturaleza, son sólo máquinas elaboradas por la creatividad del hombre y su
deseo de descubrir más allá de sus horizontes. Aunque muchos no lo acepten, son
susceptibles de ser víctimas de modificación cuando los requerimientos lo
precisen, incluso a ser reemplazadas en beneficio de la sociedad. Contra todo
pronóstico, la imaginación del ser humano lo llevará lejos en el ámbito
científico y técnico. Así que la idea de controlar la tecnología debe ser más
atrayente que acceder a su dominio del diario vivir con actualizaciones
deslumbrantes hoy, pero aburridas mañana.
BIBLIOGRAFÍA:
Neil Postman, 2004. Las
cinco advertencias sobre la tecnología. Nueva York, disponible en:
Dr. Lee Mercer
Schuchardt, 2009. Tecnología: ¿Nueva idolatría? Uruguay, disponible en:
Alejandro Nuñez, Ricardo
Llerena, 2013. Tecnoidolatría: Idolatría por la tecnología. Perú, disponible
en:
Cedecom (2008, Diciembre 11) Tecnologías de la imaginación I.
Disponible en:
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